La vida de R4, un joven 'hacker' de 19 años: 'Un hackeo difícil es como marcar un gol en la final de la Champions'

La vida de R4, un joven 'hacker' de 19 años: 'Un hackeo difícil es como marcar un gol en la final de la Champions'

En un mundo donde la seguridad informática es un tema cada vez más relevante, surge la historia de R4, un joven de solo 19 años que ha logrado hacerse un nombre en el mundo del hacking ético. Con una pasión desenfrenada por la programación y la resolución de problemas complejos, R4 ha demostrado ser un destacado exponente de su generación en este campo. En una entrevista exclusiva, nos cuenta sobre su experiencia y su filosofía en cuanto a la seguridad informática, comparando un hackeo difícil con la emoción de marcar un gol en la final de la Champions. ¿Cuál es el secreto detrás de su éxito a tan temprana edad?

La vida de un 'hacker' profesional: dinero fácil y riesgos altos

Con solo 14 años, R4 comenzó a explorar el mundo del hacking. Ahora, a los 19, ha decidido adoptar un perfil más bajo para evitar problemas con la justicia. ¿Cómo llegó a este punto?

R4 recuerda cómo comenzó a interesarse por el hacking en el instituto, cuando metía un USB en un ordenador y aprendía a dar sus primeros pasos en este mundo. Después de un año, trabajaba en un bar, pero no le alcanzaba el dinero y lo abandonó. Fue entonces cuando decidió dedicarse al hacking de forma profesional.

Me rentaba más estar aquí (hackeando). Me hago mis 1.000 euros en una semana rápida y me compro la Play 5, un ordenador mejor, unas zapatillas Nike, invito a un colega de fiesta, invito a una chica de compras… Joder, renta, ¿sabes?, el dinero que te da y encima siendo menor, te renta, está bien, explica R4.

El valor de los datos: ¿cómo se vende la información personal?

En las últimas semanas, hemos visto una sucesión de noticias sobre robos masivos de datos de grandes empresas en España, como Banco Santander, Telefónica, Iberdrola, Decathlon España, Ticketmaster y Dirección General de Tráfico (DGT). Estos datos se venden en el mercado negro para ser utilizados posteriormente para lanzar operaciones masivas de estafas online.

Según Manuel Ransán, responsable de conocimiento y concienciación de ciudadanos y empresas del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (Incibe), simplemente con una lista de correo, los delincuentes ya tienen direcciones que saben que están operativas a las cuales pueden lanzar campañas fraudulentas con correos maliciosos para comprometer sus sistemas.

R4 certifica que los datos de simples usuarios que puede robar un hacker a cualquier gran empresa o incluso a partidos políticos tienen un valor casi insignificante para los estafadores, pero la cosa cambia cuando se trata de trabajadores de empresas importantes.

De la curiosidad a la delincuencia: la historia de un joven hacker

R4 comenzó a formarse como hacker de forma autodidacta, utilizando grupos de Telegram y vendiendo sus servicios a personas interesadas. Dentro de Telegram te vas haciendo tus contactos, como en la calle, pero en tu casa, explica el hacker.

La formación de R4 fue prácticamente autodidacta. Los grupos de Telegram, las plazas donde consiguió ir vendiendo poco a poco sus primeros trabajos y dándose a conocer a personas interesadas en sus servicios.

La faceta oscura del hacking: estafas y robo de datos

Según la Policía Nacional, las organizaciones de ciberdelincuentes se han profesionalizado en los últimos años. Estas organizaciones son transnacionales y tienen un alto grado de especialización, con diferentes capas -programadores, hackers, estafadores, etc.- que se comunican a través de aplicaciones de mensajería como Telegram, Signal o Jabber.

Los ciberdelincuentes pueden robar datos para venderlos o utilizarlos en una estafa o para bloquear una empresa y pedir un rescate por ella. La motivación de los hackers no es siempre económica, ya que algunos grupos internacionales se dedican a robar datos o documentos que venden a precio de oro a gobiernos nacionales.

La transición de un joven hacker a un profesional en ciberseguridad

R4 afirma que en el mundo del hacking hay dos perfiles: jóvenes que se dedican a aprender haciendo trabajillos por encargo y forman la tropa rasa de las organizaciones criminales en el ciberespacio, y veteranos con mayor conocimiento y centrados solo en los trabajos más grandes.

La posibilidad de pasar del primer grupo al selecto segundo escalón lo marca, en muchas ocasiones, que la policía no trunque una prometedora carrera de un joven hacker que se pase de frenada con alguna acción.

R4 ya tiene 19 años y ha aprendido a no hablar de su trabajo con nadie. No me voy a hacer ya el chico duro por grupos ni tal porque ya no me renta. Yo ya prefiero ganar 5.000 euros menos y estar solo con esta gente. Así aprendo y estoy tranquilo, afirma R4.

Ahora, R4 solo hackea por encargo. ¿Para quién? Cuando menos sepa él, mejor. Es como meterte cocaína, tío, tú empiezas metiéndote cocaína y llega un punto que, si no te la metes para tomarte una caña, no tomas la caña. Si cogen y me llaman (para trabajar en ciberseguridad) de puta madre, claro. Si no, siendo realista, yo creo que probablemente seguiría haciendo lo mismo con un trabajo de mierda, secundario, para que la gente no me joda y ya está.