Según un reciente estudio científico, se ha descubierto que las personas con el dedo gordo del pie más corto que el segundo presentan un mayor riesgo de padecer la enfermedad de Freiberg. Esta condición, conocida por causar dolor y rigidez en la articulación metatarsofalángica del pie, afecta principalmente a aquellos con esta particularidad anatómica. Los investigadores han identificado una correlación significativa entre la longitud relativa de los dedos del pie y la incidencia de esta enfermedad, lo que podría ser de gran relevancia en la detección temprana y prevención de la misma. Este hallazgo abre nuevas puertas en el campo de la podología, destacando la importancia de la anatomía del pie en la salud musculoesquelética.
Personas con dedo gordo más corto tienen mayor riesgo de Enfermedad de Freiberg
El Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ha señalado que las personas que tienen el segundo dedo del pie más largo que el dedo gordo son más propensas a padecer la Enfermedad de Freiberg. Se trata de una necrosis avascular del segundo metatarsiano habitualmente, que se aplana, pierde su forma correcta y dificulta el riego sanguíneo en la zona. Esto provoca hinchazón dorsal y dolor en el antepié al caminar.
Jorge Escoto, podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV, ha explicado que el origen exacto de la enfermedad es desconocido. No obstante, la hipótesis más extendida es que la enfermedad se produce por microtraumatismos de repetición sobre la cabeza del segundo dedo del pie produciendo un colapso de los vasos sanguíneos que produce la necrosis avascular.
La Enfermedad de Freiberg es una patología común en mujeres durante el brote de crecimiento en la pubertad y cuando hay un acortamiento gemelar y marcha en puntillas. Otros factores asociados a esta enfermedad son la práctica de deportes de gran impacto como son el baile, correr o saltar porque son dinámicas que realizadas con frecuencia favorecen el colapso óseo.
Podólogos alertan sobre la relación entre estructura del pie y enfermedad de Freiberg
Para el diagnóstico, además de la exploración, se suelen necesitar radiografías. Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento podológico incluye la realización de un estudio biomecánico, estudio de presiones plantares y la confección de soportes plantares para descargar la zona metatarsal afectada.
En casos de Enfermedad de Freiberg, se recomienda el uso de zapatos con buena amortiguación para evitar la deformidad permanente de la cabeza metatarsiana. En algunos casos se pueden pautar analgésicos, infiltraciones con corticoides y anestésico local, e incluso inmovilización con yeso o bota, muletas y descarga completa.
Las secuelas más habituales de la Enfermedad de Freiberg pueden ser artrosis de la articulación metatarsofalángica, metatarsalgia crónica, rotura de la placa plantar, deformidad del dedo (dedo en garra o martillo) o incluso artritis.
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