La comunidad internacional se encuentra conmocionada tras conocer la noticia del fallecimiento de Tantawan Tuatulanon, una líder social tailandesa que llevaba 46 días de huelga de hambre en prisión. La activista fue condenada a 15 años de prisión tras ser acusada de lesa majestad, es decir, ofender a la monarquía tailandesa. Tuatulanon se encontraba recluida en la prisión de Bangkok desde octubre pasado, cuando fue detenida por participar en una manifestación que reclamaba reformas políticas en el país. Su muerte ha generado una gran conmoción en Tailandia, donde la oposición política ha denunciado la represión gubernamental y la falta de libertad de expresión.
Muere líder social en prisión después de días de huelga de hambre en Tailandia
Miles de manifestantes marcharon hacia la Casa del Gobierno en Bangkok para protestar contra el Ejecutivo tailandés y exigir la reforma de la monarquía. La situación política en Tailandia se vuelve cada vez más tensa.
En este contexto, la activista tailandesa Netiporn Sanehsankhom, conocida como Bung, falleció este martes en un hospital de Bangkok después de varios meses en huelga de hambre. La activista de 28 años murió en el hospital de la Universidad de Thammasat en Bangkok, donde fue trasladada desde prisión.
Las autoridades están investigando las causas del fallecimiento, según una fuente cercana al caso. Netiporn estaba acusada de lesa majestad, el delito de ofensas contra la monarquía castigado con hasta 15 años de cárcel, por realizar una encuesta callejera relacionada con la Casa Real en febrero de 2022.
La activista había estado en prisión desde entonces y había iniciado una huelga de hambre en protesta por su detención y la situación política en Tailandia. Su salud se había deteriorado significativamente en las últimas semanas, lo que generó preocupación entre sus seguidores y defensores de los derechos humanos.
La muerte de Netiporn Sanehsankhom es un golpe duro para la oposición tailandesa y para aquellos que luchan por la reforma democrática en el país. Su lucha y su sacrificio no serán olvidados, y su legado continuará inspirando a aquellos que buscan un cambio político en Tailandia.
El fallecimiento de la activista tailandesa es un recordatorio de la importancia de proteger los derechos humanos y la libertad de expresión en todo el mundo. Es fundamental que los gobiernos y las instituciones defiendan y promuevan la democracia y la justicia social.
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