En el complejo y controvertido conflicto entre Israel y Palestina, el lenguaje y las etiquetas pueden ser un arma de doble filo. Dos términos que suelen generar confusión y polémica son antisemita y antisionista. ¿Qué significan realmente estos términos? ¿Cuál es la diferencia entre ellos? ¿Cómo pueden las personas que luchan por los derechos palestinos evitar caer en el odio y la intolerancia hacia el pueblo judío? En este artículo, exploraremos el delicado equilibrio entre la defensa de los derechos humanos y la lucha contra el antisemitismo, y reflexionaremos sobre la importancia de utilizar un lenguaje preciso y respetuoso en el debate político.
La línea roja entre luchar por los derechos palestinos y combatir el odio
El conflicto bélico que se libra en Gaza por los ataques de Israel contra Hamás —en respuesta a los ataques del grupo terrorista palestino del pasado 7 de octubre— está dejando miles de muertos y una desoladora crisis humanitaria en la Franja palestina. Un huracán de tragedia por un conflicto enquistado durante décadas entre israelíes y palestinos y al que Occidente asiste como un actor geopolítico clave.
La lucha sobre el terreno tiene eco también en las palabras
La vicepresidenta Yolanda Díaz ha matizado que no es antisemita tras decir que Palestina debe ser libre desde el río hasta el mar, una frase que usan las nacionalistas palestinos para negar el derecho de Israel a existir entre el río Jordán y el mar Mediterráneo. Otros claman en la calle aquí estamos los antisionistas, envueltos en pañuelos 'palestinos'. En torno a estos dos conceptos hay un enjambre de dudas, significados y diferencias.
¿Es lo mismo antisionismo que antisemitismo?
El sionismo fue un movimiento político nacionalista -fundado por Theodor Herzl- que nació en Europa a finales del siglo XIX y que proponía el establecimiento de un Estado para el pueblo judío en Palestina. Este movimiento fue, en gran medida, responsable de la fundación del Estado de Israel y su objetivo principal, fue, desde sus orígenes, la libre autodeterminación del pueblo judío.
Sionista, por lo tanto, no es sinónimo de judío. De hecho, mucho antes de la proclamación del Estado de Israel en 1948, hubo oposición judía al movimiento sionista. También hoy existen grupos judíos antisionistas como los Neturei Karta, un grupo religioso de judíos jaredíes que abogan por un desmantelamiento pacífico del Estado de Israel bajo la creencia de que el pueblo judío tiene estrictamente prohibido restablecer la soberanía en la Tierra de Israel hasta la llegada del Mesías.
Antisemitismo: ¿es lo mismo que antisionismo?
El antisemitismo es el odio, prejuicio o discriminación contra las personas que practican el judaísmo, cuya peor manifestación se dio durante la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, produciéndose un auténtico genocidio contra el pueblo judío. El Diccionario de la Real Academia Española define antisemita como el que muestra hostilidad o prejuicios hacia los judíos, su cultura o su influencia.
En la actualidad, el antisemitismo ha adoptado muchas formas: desde las teorías de la conspiración sobre el control judío del sistema financiero global, a los ataques en sinagogas o discursos de odio. Tanto es así que para combatirlo se creó, en 2016, la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA) que recoge una serie de ejemplos contemporáneos de cómo se manifiesta el antisemitismo en la actualidad.
Entre otros, se incluyen la negación del Holocausto o los ataques contra el Estado de Israel, concebido como una colectividad judía, aunque, destacan, las críticas contra Israel similares a las dirigidas contra cualquier otro país no pueden considerarse antisemitismo.
La delgada línea entre la lucha por la justicia y la lucha contra el odio en el conflicto entre Israel y Palestina es un tema que requiere reflexión y claridad en un momento en que las palabras pueden tener un peso significativo en la forma en que se aborda este conflicto.
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