En un histórico logro naval, un buque de guerra iraní ha navegado por primera vez en el hemisferio sur, tres años después de su debut en el Océano Índico. Esta destacada hazaña marítima marca un importante avance en la capacidad naval de Irán, demostrando su capacidad para proyectar poderío en aguas distantes. La trascendencia de este evento no pasa desapercibida, ya que refuerza la presencia naval iraní en regiones estratégicas, consolidando su posición como una potencia naval emergente.
La Armada de la Guardia Revolucionaria de Irán ha iniciado una misión histórica en el hemisferio sur, cruzando la línea ecuatorial con el buque oceánico 'Shahid Mahdavi', equipado con misiles balísticos de largo alcance y misiles de crucero de 2.000 km de alcance.
Según la agencia de noticias Tasnim, vinculada a la Guardia Revolucionaria, la misión tiene como objetivo garantizar la seguridad de las rutas de navegación. Esta es la primera vez que la Armada de la Guardia Revolucionaria realiza un despliegue naval de largo alcance en términos de distancia y tipo de misión.
Hasta ahora, la Armada de la Guardia Revolucionaria había tenido una presencia notable en el Golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz, pero busca extender su presencia a aguas oceánicas. Para lograr esto, el buque 'Shahid Mahdavi' se incorporó a la Armada de la Guardia Revolucionaria en marzo de 2023.
El buque, considerado como una ciudad marítima móvil, tiene una longitud de 240 metros y una anchura de 27 metros. Está equipado con todo tipo de helicópteros, drones y lanzamisiles, y cuenta con radares avanzados, sistemas de misiles y otros sistemas avanzados de telecomunicaciones.
La capacidad del buque 'Shahid Mahdavi' para transportar una variedad de armas y equipos lo convierte en un actor clave en la expansión de la presencia naval de Irán en el hemisferio sur.
Un despliegue histórico
El despliegue del buque 'Shahid Mahdavi' en el hemisferio sur marca un hito en la historia de la Armada de la Guardia Revolucionaria. Esta misión demuestra la capacidad de Irán para proyectar su poderío naval en aguas internacionales y proteger sus intereses marítimos.
La Armada de la Guardia Revolucionaria ha demostrado su capacidad para llevar a cabo misiones de largo alcance y complejidad, lo que refleja la determinación de Irán de consolidar su posición como una potencia naval en la región.
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