En un hitó importante para el desarrollo y implantación de la inteligencia artificial en España, tres autonomías españolas se han situado a la vanguardia en la regulación de esta tecnología. Extremadura, Asturias y Galicia son las comunidades autónomas que están liderando la creación de un marco normativo que permita el desarrollo seguro y responsable de la inteligencia artificial en el país. Esta iniciativa es un paso fundamental para sentar las bases de una regulación efectiva que permita a las empresas y organizaciones españolas aprovechar al máximo el potencial de la inteligencia artificial, al mismo tiempo que se protegen los derechos y libertades de los ciudadanos.
Tres autonomías españolas lideran la vanguardia en regulación de inteligencia artificial
Extremadura, Asturias y Galicia son las únicas autonomías que han regulado o anunciado normas sobre la inteligencia artificial (IA) en España, aunque no destacan en el impulso público ni privado. Sin embargo, los expertos valoran que puede ser oportuno adaptar las normas europeas al ámbito regional.
Galicia cuenta con la AESIA (Agencia Estatal de Supervisión Inteligencia Artificial Coruña) y Asturias tiene el Centro de Inteligencia Artificial de la Universidad de Oviedo y el Asturias Digital Innovation Hub (AsDIH), pero no destacan en la implantación de la IA ni en el impulso institucional en estos territorios.
Extremadura, que tampoco destaca en ningún aspecto, ha sido la primera comunidad autónoma en regular esta materia, mediante un decreto publicado en el Boletín Oficial del Estado el 8 de abril de 2023. Su texto legal señala como objetivo el establecimiento del marco esencial de las medidas destinadas al apoyo, promoción, impulso y desarrollo de los sistemas de inteligencia artificial en la Comunidad Autónoma de Extremadura, regulando los ámbitos principales de aplicación de ésta.
Galicia, por su parte, presentó un proyecto de ley con el que pretende mantenerse en la vanguardia de la regulación de las tecnologías disruptivas, regulando la inteligencia artificial a partir del marco europeo, mediante la elaboración de la Ley de Inteligencia artificial. Esta comunidad cuenta con su Estrategia Gallega de Inteligencia artificial 2030.
Por su lado, el Gobierno del Principado de Asturias regulará con un decreto, incluido ya en su plan normativo para este año, el uso de la Inteligencia Artificial en la gestión de los servicios públicos, para que su utilización sea segura, ética y confiable y que se desarrolle conforme a la normativa comunitaria y con pleno respeto a los derechos de las personas.
La regulación de la inteligencia artificial en Europa
El Parlamento Europeo aprobó en marzo pasado la primera Ley de Inteligencia Artificial del mundo, que garantiza la seguridad y el respeto de los derechos fundamentales, al tiempo que impulsa la innovación, según la propia institución europea. El objetivo de esta ley es proteger los derechos fundamentales, la democracia, el Estado de derecho y la sostenibilidad medioambiental frente a la IA, que entraña un alto riesgo.
Este reglamento tendrá un período de vacatio hasta su entrada en vigor a finales del año que viene o comienzo del 2026. Un reglamento es de aplicación directa, los estados no tienen que trasponer la norma, sino aplicarla directamente, pero ello no excluye ajustes adaptativos como el Real Decreto de 2023, precisamente de adaptación al texto europeo.
El debate sobre el control de la inteligencia artificial
Los expertos consideran que es importante analizar cómo la inteligencia artificial impacta con las normativas de cada comunidad. Todo suma, explica el catedrático de la Universidad de Salamanca en Derecho Procesal y director del Máster en Inteligencia Artificial y Legaltech de esta universidad, Federico Bueno De Mata.
La vicerrectora de Investigación de la Universidad de Oviedo, Irene Díaz Rodríguez, añade que depende de para qué se utilicen las herramientas de IA. Tras los distintos intentos de normativas autonómicas, se encuentra el hecho de que se están desarrollando sistemas inteligentes que se pueden utilizar en la toma de decisiones que afectan a los derechos de los ciudadanos.
El control de la inteligencia artificial es un reto complejo. Los sistemas de IA dependen de los datos que usan y de cómo estos se tratan. Los sistemas que ahora nos sorprenden con sus resultados comparten una característica común, la necesidad de un ingente conjunto de datos para entrenarlos, recuerda la vicerrectora de Oviedo.
La normativa europea es clara al respecto, los mecanismos de control no tanto. Evidentemente controlar el uso de datos es un reto complejo. Con respecto a los usos de la IA, como la vigilancia invasiva, cualquier tecnología se puede utilizar para el bien o para el mal. La normativa europea es clara al respecto, los mecanismos de control no tanto, añade.
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