En un incidente escalofriante, dos internos de un centro de justicia juvenil en Barcelona agredieron a un educador social de manera atroz, arrojándole dos vasos de orina a la cara. Este acto de violencia es de gravedad extrema y no puede ser pasado por alto. Es imperativo que se tomen medidas para garantizar la seguridad de los educadores y demás personal que trabajan en estos centros, así como para prevenir este tipo de incidentes en el futuro.
La violencia y el desprotección que rodean este incidente son inaceptables y deben ser condenados por todos. Es hora de que se tomen acciones concretas para proteger a los trabajadores de la justicia juvenil y garantizar un ambiente seguro y respetuoso para todos.
Un incidente violento ha sacudido el centro de justicia juvenil L'Alzina, en Palau-solità i Plegamans (Barcelona), donde dos internos agredieron a un educador social el pasado 25 de junio. Según informó el sindicato IAC-CATAC en un comunicado, los jóvenes, que habían sido sancionados previamente por el mismo trabajador, le arrojaron dos vasos llenos de orina a la cara mientras proferían insultos contra él y su familia.
Grave agresión que llevó al educador a recibir atención médica urgente por una grave conjuntivitis y ante la posibilidad de que pudiese haber contraído una infección de transmisión sexual, lo que requiere un tratamiento intensivo con retrovirales.
En el momento de la agresión, el educador estaba acompañado de un vigilante de seguridad, como establece el protocolo. A raíz de estos hechos, el centro se puso a disposición del trabajador, que estuvo varios días de baja y se reincorporó a otro puesto de trabajo tras haber superado un proceso selectivo, y le ofreció apoyo tanto psicológico como jurídico.
Internos expedientados
En cuanto a los internos, se les ha abierto un expediente disciplinario y se ha tramitado una denuncia penal ante un juzgado de instrucción, dado que uno de ellos es mayor de edad, y otra ante la fiscalía de menores, en el caso del segundo implicado.
Exigencias del sindicato IAC-CATAC, que critica la situación actual de los centros de justicia juvenil en Cataluña. Según el sindicato, en los últimos años se ha producido una huida masiva de los equipos educativos, que han optado por sectores menos precarizados y que han sido sustituidos por personal interino sin una formación adecuada ni el apoyo necesario para afrontar los desafíos inherentes a su tarea.
Demanda de cambios por parte del sindicato, que exige al Departamento de Justicia que analice por qué hace 10 años Catalunya era un referente europeo de buen funcionamiento de este servicio público, con una plantilla estable y con mucha experiencia en la reinserción de menores. El sindicato sostiene que los trabajadores de los centros de justicia juvenil son un colectivo invisible y abandonado, sin el reconocimiento ni el apoyo que merecemos y que no continuarán tolerando esta situación con resignación, exigiendo soluciones inmediatas que permitan a los trabajadores desarrollar su trabajo con seguridad y dignidad.
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