La historia de Daniel Sancho, un ciudadano español encarcelado en Tailandia, revela un panorama inusual y desafiante en el sistema penitenciario tailandés. Con una rutina que incluye entrenamiento de boxeo, actividades de lectura y la convivencia con 50 presos en la celda, Sancho enfrenta un escenario marcado por la sobreocupación y las condiciones extremas de reclusión. Este peculiar relato nos invita a reflexionar sobre la diversidad de realidades dentro de las prisiones alrededor del mundo, así como sobre la resiliencia y adaptabilidad de aquellos que, como Sancho, enfrentan diariamente los desafíos de la vida tras las rejas.
Daniel Sancho, acusado de asesinato, lleva una vida activa y lectora en prisión tailandesa
En una celda con hasta 50 presos, practicando yoga, entrenando Muay Thai (boxeo tailandés) y leyendo. Así ha pasado casi ocho meses en la prisión de la isla tailandesa de Samui el joven español Daniel Sancho, acusado del asesinato del colombiano Edwin Arrieta y cuyo juicio comienza en una semana en Tailandia.
La tranquila rutina de Daniel Sancho en la cárcel de Samui, practicando Muay Thai y yoga
La gravedad del caso y el atronador ruido mediático que ha generado contrastan con el ambiente relajado y pacífico de la prisión de Samui, donde Sancho ingresó el 7 de agosto de 2023 tras confesar el asesinato premeditado y el descuartizamiento del cirujano plástico en la vecina isla de Phangan.
El juicio de Daniel Sancho en Tailandia contrasta con su vida pacífica en prisión
Sancho, de 29 años, que posteriormente se declaró no culpable del asesinato, asegurando que la muerte de Arrieta se produjo durante una pelea y que actuó en defensa propia, ha pasado allí 240 días a la espera de un juicio en el que podría ser condenado a la pena capital, que la ley tailandesa establece para delitos de sangre.
El ambiente es bueno, nos tratan bien y no hay ningún tipo ni de violencia ni de drogas, explica Sancho a EFE durante una de las visitas realizadas a la prisión.
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