La raza canina conocida como el Sussex spaniel ha capturado la atención de los amantes de los perros por su robustez y temperamento apacible. Este ejemplar, que destaca por su fisonomía compacta y elegante, ha sido objeto de estudio y admiración en el ámbito de la cinofilia. Su pelaje denso y sedoso, de tonalidades cálidas, suma a su encanto y distinción. Considerado como un compañero ideal por su carácter equilibrado y afectuoso, el Sussex spaniel se destaca también por su inteligencia y lealtad. Esta raza, oriunda de Inglaterra, ha conquistado el corazón de quienes buscan en un perro no solo un animal de compañía, sino un verdadero amigo fiel para toda la vida.
El Sussex Spaniel, una joya canina con historia y temperamento apacible
En el siglo XVIII, en la campiña inglesa de Sussex, los aficionados a la caza desarrollaron un tipo de spaniel con patas cortas y cuerpo robusto y macizo, ideal para rastrear aves entre el suelo arcilloso, la maleza densa y los setos frondosos de la región. Debido a su baja estatura y la alta cobertura vegetal, los perros de Sussex desarrollaron un lenguaje distintivo de ladridos y otros sonidos para comunicar su posición a los cazadores. Esta característica ha perdurado hasta nuestros días, convirtiendo a los perros de Sussex en uno de los spaniels más vocales de su grupo.
Conoce al Sussex Spaniel, un perro vocal y cariñoso de color hígado dorado
Esta raza, cuyo primer registro escrito data del año 1795, es una de las 10 razas que formaron parte de la fundación del Kennel Club del Reino Unido en 1872. Como muchas razas europeas, el número de ejemplares se vio drásticamente reducido después de la Segunda Guerra Mundial, lo que requirió la implementación de un programa de recuperación. Un programa que no descartan que sea necesario retomar de nuevo, ya que se trata de una de las razas nativas inglesas actualmente listadas como Vulnerables a la Extinción.
En el campo de la salud, se considera una raza generalmente saludable, pero debido a su estructura ósea robusta, puede ser propenso a problemas comunes en perros de mayor tamaño, como la displasia de cadera y las hernias del disco intervertebral (IVDD por sus siglas en inglés). Para tener en cuenta esta predisposición genética, se debe acudir solo a criadores legales y que formen parte de los organismos de registro de perros de raza como el Kennel Club o la Federación Cinológica Internacional.
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