- La ilusión de la diversificación: ¿por qué no siempre garantiza una mayor rentabilidad?
- La ilusión de la diversificación: ¿por qué no siempre garantiza una mayor rentabilidad?
- Diversificar: ¿una estrategia fallida?
- El dominio estadounidense contra la diversificación global
- El escepticismo sobre combinar acciones y bonos
- Diversificación inteligente
La ilusión de la diversificación: ¿por qué no siempre garantiza una mayor rentabilidad?
La diversificación es una estrategia ampliamente utilizada en el ámbito financiero, bajo la premisa de que repartir el riesgo entre diferentes activos y sectores reduce la exposición a pérdidas y aumenta las posibilidades de obtener una mayor rentabilidad. Sin embargo, la realidad nos muestra que esta teoría no siempre se traduce en práctica. De hecho, en muchos casos, la diversificación no garantiza un aumento en la rentabilidad, sino que puede incluso ocultar riesgos latentes y llevar a resultados inversos. En este artículo, exploraremos las razones detrás de esta paradoja y analizaremos por qué la diversificación no siempre es la fórmula mágica para alcanzar el éxito financiero.
La ilusión de la diversificación: ¿por qué no siempre garantiza una mayor rentabilidad?
La sabiduría convencional sugiere que diversificar las inversiones es esencial para reducir riesgos y mejorar la rentabilidad a largo plazo. Sin embargo, la diversificación, aunque poderosa, no ofrece garantías absolutas.
Diversificar: ¿una estrategia fallida?
Diversificar se resume básicamente en dos estrategias: distribuir el dinero entre diferentes clases de activos como acciones, bonos, materias primas o por regiones, como Estados Unidos, Europa, Asia y países emergentes. La idea es que, si una inversión como una acción o un bono falla, las demás pueden compensar la pérdida, incluso en momentos de gran estrés financiero o crisis económica.
Algunos grandes inversores como Warren Buffett, para quien “la diversificación es la protección contra la ignorancia”, han cuestionado esta estrategia a lo largo de muchos años. No todos los inversores tienen los conocimientos y la habilidad de Buffett para elegir empresas ganadoras, así que diversificar puede ser una buena opción siempre que se haga de manera correcta.
El dominio estadounidense contra la diversificación global
Desde 2005, el índice MSCI USA, que representa las acciones de gran y mediana capitalización en los Estados Unidos, ha subido un 372%, en comparación con el 200% del MSCI World, que incluye acciones de mercados desarrollados globales, y el 100% del MSCI emerging markets de países emergentes.
Un factor que contribuye a esta superioridad es que muchas grandes empresas estadounidenses tienen una presencia global significativa, lo que proporciona una exposición internacional indirecta a través de la inversión en acciones estadounidenses. El S&P 500 puede estar más diversificado que algunos fondos de inversión que plantean la diversificación como su principal ventaja.
El escepticismo sobre combinar acciones y bonos
Durante décadas, la diversificación de carteras a través de la combinación de acciones y bonos ha sido una de las estrategias preferidas para mitigar riesgos. Esta dinámica se apoya en la sensibilidad opuesta de estos activos a las noticias sobre el crecimiento económico: las acciones se benefician del crecimiento mientras que los bonos se benefician en escenarios de desaceleración económica debido a las políticas de reducción de tasas de interés.
Sin embargo, el año 2022 presentó un escenario atípico que desafió esta norma establecida con fuertes caídas en ambos activos. Factores como la inflación, las tensiones geopolíticas derivadas de la invasión de Rusia a Ucrania, y las señales de un endurecimiento monetario por parte de los Bancos Centrales contribuyeron a un clima de alta volatilidad en los mercados financieros.
Diversificación inteligente
Diversificar sigue siendo una estrategia válida, pero no debe ser una solución única ni aplicarse sin un análisis cuidadoso. Es crucial saber cómo y dónde diversificar, considerando no solo la reducción de riesgos sino también el potencial de crecimiento y la estabilidad a largo plazo. Como también dice Warren Buffett, la primera regla de la inversión es “no perder dinero” y la segunda es “no olvidar la primera regla”.
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