En un movimiento estratégico para reforzar su posición en el mercado financiero español, el BBVA ha presentado una oferta pública de adquisición sobre el Banco Sabadell, confiando en la aprobación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Este movimiento se produce después de que el BBVA haya analizado detenidamente su presencia en las diferentes comunidades autónomas, llegando a la conclusión de que no lidera en ninguna de ellas. Esta oferta de adquisición permitirá al BBVA fortalecer su posición en el mercado y ampliar su presencia en todo el territorio nacional. La aprobación de la CNMC es crucial para que este proceso pueda llevarse a cabo con éxito.
BBVA confía en aprobación de CNMC para oferta pública de adquisición sobre Banco Sabadell
El mercado financiero se mantiene expectante ante la presentación del folleto de la oferta pública de adquisición (OPA) hostil de BBVA sobre Banco Sabadell, anunciada hace dos semanas. La entidad bancaria cuenta con un plazo de un mes para presentar el documento ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), aunque se espera que lo haga en los próximos días.
La presentación de este trámite supondrá la primera piedra de una operación que, además de ganar el apoyo de los accionistas del banco catalán, debe superar varios filtros regulatorios. El respaldo del supervisor español debe ir acompañado del visto bueno del Banco Central Europeo (BCE), un actor clave para que la integración salga adelante.
La aprobación de la CNMC, clave para la OPA
Entre los avales necesarios, también es necesario el escrutinio de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que debe pronunciarse sobre si este matrimonio no supone un inconveniente para garantizar la competencia dentro del sector.
El organismo encabezado por Cani Fernández juega un papel relevante en este movimiento que busca crear el tercer mayor banco de Europa. Algunos expertos ven a la CNMC como la vía a la que el Gobierno puede recurrir para tratar de influir en la OPA a través de su dictamen.
Desde que se hizo pública la intención del banco de origen vasco de fusionarse con el grupo con sede en Alicante, Moncloa ha expresado en reiteradas ocasiones su rechazo a esta potencial unión, alegando problemas de concentración, que podrían derivar en efectos lesivos para los consumidores.
La competencia española analiza la OPA
Aunque es inevitable que una absorción derive en una mayor concentración a nivel territorial, el mayor punto crítico estaría en Cataluña, que forzaría a imponer ciertos condicionantes a la integración, según AFI.
Los equipos de los citados bancos en la región dan una suma conjunta de 9.365 personas, el 27% de la plantilla conjunta a nivel nacional. Al efecto de Sabadell al ser su territorio natural de origen, se añade la adquisición de Catalunya Caixa por parte de BBVA hace una década, que refuerza su presencia en el territorio.
Con datos de fuentes sindicales, el número de oficinas en la zona asciende a 343 en el primero y 409 en el segundo, lo que supone casi un cuarto del total que contabilizan en España.
El calendario que manejan desde el banco azul pasa por obtener todos los permisos en un plazo de entre seis y ocho meses, incluido el de los accionistas de Sabadell en un proceso que se torna tenso.
Las últimas declaraciones del consejero delegado de Sabadell, César González-Bueno, asegurando que ha infravalorado los costes de la fusión en más de un 70%, cifra que desde BBVA niegan en absoluto, han avivado las hostilidades.
A esto se añade las diferentes versiones. Mientras los de Sant Cugat del Vallès defienden que la oferta llegó el pasado 30 de abril sin negociaciones previas, desde La Vela aseveran que hubo un acercamiento a mediados del mes pasado.
En este contexto, el resto del sector se prepara para afilar cuchillos ante la expectativa de que la OPA se traduzca en una oportunidad para cazar nuevos clientes y ganar terreno en España.
Las duplicidades derivadas de este tipo de integraciones suelen llevar a los usuarios a buscar un segundo banco en aras de diversificar sus fuentes de financiación, un escenario propicio para las entidades de menor tamaño, que activarán el radar en aras de crecer a costa del nuevo BBVA-Sabadell.
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