Dos días en Avdiivka: un infierno de caos y devastación donde los cohetes nunca cesan de caer

Dos días en Avdiivka, un purgatorio de locura y destrucción en la Tierra donde los cohetes nunca dejan de caer, nos sumerge en un testimonio impactante de la cruda realidad que viven los habitantes de esta zona de conflicto. La desesperación y el miedo se palpan en cada rincón de esta localidad azotada por la guerra, donde la violencia es el pan de cada día y la destrucción se ha convertido en parte del paisaje. El relato detallado de los ataques constantes, la escasez de recursos básicos y la lucha diaria por la supervivencia nos confronta con una realidad desgarradora que pone de manifiesto la fragilidad de la vida en medio del conflicto armado.

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Vidas en peligro constante: la cruda realidad en Avdiivka, ciudad devastada por la guerra

“No necesitan ni caramelos, ni regalos. Esos pobres niños solo necesitan que los saquen de aquí”, se indigna el comandante Maksym al que apodan Lyutiy. Observo con distancia, me cuesta entender lo que sucede. Los voluntarios cargan cajas repletas de comida en un lugar relativamente seguro. Maksym me explica la situación: Hoy ha muerto una niña de seis años, simplemente, porque su corazón no pudo soportar las constantes explosiones. Ya es difícil para un adulto aguantar estos sonidos sin pausa, incluso de madrugada, así que imagina el pequeño corazoncito sin desarrollar de un niño”.

A pesar de su tono severo, se nota que a Maksym le duele. La sensación de una llegada inminente de cohetes, ya familiar para muchos ucranianos, es como una descarga de desfibrilador para los no acostumbrados a la guerra. Es difícil saber cómo reaccionará tu organismo: el corazón empieza a latir con fuerza y las manos tiemblan. Incluso estando acostumbrado, necesitas voluntad para superar esta sensación. Y en Avdiivka, esta ciudad de la región de Donetsk que Rusia considera suya, las explosiones casi nunca paran.

La lucha diaria por sobrevivir en Avdiivka, un infierno entre ruinas y desesperación

La única carretera que lleva a la ciudad es peligrosa, lo notas por el asfalto mutilado por la metralla y por la aceleración nerviosa de los conductores militares que la atraviesan. Avdiivka es uno de los puntos más calientes de esta guerra. Una ciudad que Putin no ha podido capturar en nueve años pero que se ha convertido en ruinas tras los bombardeos rusos de los últimos meses. Agujeros carbonizados en las paredes, manchas negras de incendios, calles vacías, gente desesperada.

Incluso los sueños aquí son distintos. A veces tengo una pesadilla: los rusos están entrando en Avdiivka y sufro elucubrando de qué manera puedo escapar, admite Igor, miembro de la administración militar, mientras bebemos té y fumamos en una acogedora cocina junto a Maksym y a otro Igor, también de la administración.

Testimonios desgarradores desde Avdiivka: el dolor y la resistencia en medio de la guerra

La tarea más importante para Igor en los últimos meses ha sido la supervivencia de los que permanecen en la ciudad. Todavía hay 2.500 personas en Avdiivka, 56 de ellas niños. Algunas personas se niegan a inscribir a sus hijos. La vida aquí es principalmente subterránea.

“Las abuelas viven en este sótano. Entra sola, yo te espero”. Maksym está enfadado con esta gente, y creo que empiezo a entender por qué. Abro la puerta y el metal helado me quema las manos. ¡Mucho frío aquí!, digo en voz alta en la oscuridad. Aquí hace realmente más frío que fuera del refugio.

Avdiivka, entre el miedo y la esperanza: la vida en una ciudad acosada por la violencia

En Konstantinivka, Marichka Iskrovska, médico de combate, comenta la situación en Bajmut: A veces la gente tiene más miedo a lo desconocido que a la perspectiva de que la maten. En la región de Donetsk hay cierto patriotismo regional. Algunas de estas personas nunca han salido de su pueblo, y sólo si presencian la muerte de un ser querido deciden huir”, dice.

Los saqueadores son uno de los principales problemas de la ciudad, y la policía lucha contra ellos. En otro sótano acogedor, Maksym me presenta a su unidad: un grupo de hombres que tras los combates de 2015 y 2016 tuvieron que aprender habilidades para las que no estaban preparados.

Crónica desde Avdiivka: la guerra y la supervivencia en un lugar donde el horror es constante

Los hombres de su unidad me hablan de la destrucción en Avdiivka y Bajmut. A los rusos no les importa esta tierra, destruyen ciudades, matan a la gente, ponen una bandera y se apoderan del territorio. Para nosotros es diferente. Este es nuestro hogar, nuestra tierra, tenemos que vivir aquí”.

Laura Ramírez

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