El Gobierno de Netanyahu ha manifestado su profundo descontento ante las posibles sanciones que Estados Unidos podría imponer a un batallón del Ejército de Israel, calificando la medida como absurda. Esta decisión ha generado un clima de tensión diplomática entre ambas naciones, poniendo en entredicho la relación de colaboración estratégica que han mantenido en el pasado. Las autoridades israelíes consideran que estas sanciones son injustas e inapropiadas, y han expresado su firme rechazo a cualquier intento de dañar la integridad y la reputación de su Ejército. Ante este escenario, se espera un diálogo directo entre ambas partes para abordar esta controversia y evitar una escalada de confrontación entre dos aliados históricos.
Netanyahu rechaza sanción de EEUU a batallón israelí en Cisjordania
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, junto a los ministros Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotritch, ha condenado enérgicamente la posibilidad de que Estados Unidos imponga sanciones al batallón ultraortodoxo de las Fuerzas de Defensa de Israel por presuntos crímenes contra los Derechos Humanos en Cisjordania.
El revuelo se desató cuando el portal Axios informó que el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, podría anunciar sanciones contra el Netzah Yehuda, lo que impediría recibir ayuda militar o entrenamiento del Ejército estadounidense, aplicando una ley impulsada en 1997 por el entonces senador Patrick Leahy.
Según ProPublica, expertos del Departamento de Estado recomendaron desautorizar a unidades de las fuerzas de seguridad israelíes por crímenes en Cisjordania, señalando a los ultraortodoxos por fomentar violencia contra palestinos antes del conflicto con Hamás.
Esta unidad, compuesta por jóvenes extremistas, es investigada por EEUU desde 2022 por posibles actos de tortura y asesinatos extrajudiciales, siendo una excepción a la ley de servicio militar en Israel.
Netanyahu ha calificado la posible sanción como el colmo del absurdo y ha advertido que el Ejército de Israel no puede ser objeto de sanciones. Ben Gvir considera esta medida una línea roja y Smotritch la cataloga como una completa locura en medio del conflicto con Hamás.
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