En el corazón de Alemania, en el pueblo de Neuerkerode, se encuentra una historia emocionante que nos habla de la compasión y la solidaridad de una comunidad. En el siglo XIX, esta localidad alemana tomó una decisión innovadora y visionaria al crear un sacerdote especializado para atender a las necesidades espirituales de las personas con discapacidad intelectual. Esta iniciativa pionera demostró que la inclusión y la accesibilidad eran valores fundamentales en este pueblo, donde la fe y la solidaridad se unieron para brindar apoyo a aquellos que más lo necesitaban.
Un pionero en inclusión: el pueblo alemán de Neuerkerode
En el siglo XIX, un sacerdote alemán llamado Gustav Stutzer tuvo una visión innovadora: crear un lugar donde las personas con discapacidad intelectual pudieran vivir, formarse y trabajar de manera autónoma. Así nació Neuerkerode, un pueblo en la Baja Sajonia, Alemania, que se convirtió en un modelo pionero en la atención a personas con discapacidad intelectual.
La historia detrás de Neuerkerode
Neuerkerode fue creado con la idea de ocuparse de personas con discapacidad intelectual, que en aquella época eran marginadas y excluidas de la sociedad. Stutzer, junto con un médico y una filántropa, diseñaron un lugar donde estas personas pudieran tener un proyecto de vida, apoyadas por personas sin discapacidad. El objetivo era crear una pequeña ciudad en la que las personas con discapacidad intelectual pudieran vivir, formarse y trabajar.
Un lugar de inclusión
Hoy en día, Neuerkerode es un lugar donde conviven 840 personas adultas con discapacidad intelectual o pluridiscapacidad, 20 menores con discapacidad y unas 1.000 personas sin discapacidad que trabajan allí. Las personas con discapacidad viven en viviendas que pueden decorar a su gusto y son ciudadanos del pueblo de pleno derecho, no pacientes o simples residentes.
Además de residencias, Neuerkerode cuenta con servicios como terapias, asistencia médica y cuidados profesionales, lo que la convierte en una gran fuente de empleo para la zona, e incluso de formación y de investigación.
Vivir con autonomía
En Neuerkerode, las personas, tanto con discapacidad como sin ella, tienen el mismo objetivo: vivir con la mejor calidad de vida posible. Las personas más autónomas viven en viviendas individuales y/o compartidas, mientras que las que necesitan más apoyo y asistencia tienen un mayor acompañamiento.
Además de vivir, las personas en Neuerkerode pueden formarse, hacer talleres de todo tipo y trabajar, tanto en programas de prácticas como trabajos remunerados, todo ello adaptado a las capacidades de cada uno.
Un enfoque holístico
Neuerkerode ofrece un enfoque holístico de la vida, con programas de ocio, apoyo psicológico, servicio de atención a las familias y hasta un servicio eclesiástico. Todo ello con el objetivo de dar respuesta a todas las necesidades vitales de las personas.
Como afirma Mikael Ross, autor de la novela gráfica Aprendiendo a caer, en Neuerkerode, yo he visto personas con hobbies, pareja, trabajo…. En definitiva, personas con un espacio para desarrollarse como tales sin limitaciones y sin tener que depender de su familia cercana.
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