Entrevista | Glynis German, celebrante de funerales: "Reconozco el poder sanador de la ceremonia"

Index

Una vida azarosa, pero siempre feliz

Glynis, hija de un pacifista galés y una jamaicana, ha recorrido el mundo tras una vida azarosa, pero siempre feliz. En Mallorca ha encontrado su hogar, además de su vocación. Reflexionar sobre la muerte y tomar conciencia de su realidad la han llevado a liderar diferentes iniciativas sobre esta realidad, como el Death Café, en el que se propone tomar un café con la muerte o, como dice ella, dar vida a la muerte.

La celebrante que encontró su propósito

La celebrante que encontró su propósito

Glynis celebró una boda y descubrió su verdadero propósito en la vida. Nací para ser celebrante, pero no lo sabía hasta el año 2011. Tenía 49 años. Toda la vida busqué mi propósito, quería servir a los demás, pensaba en algo más grande que yo. Siempre supe que nací para ser feliz.

La diferencia entre una celebrante y una maestra de ceremonias

La celebrante explica que el concepto de celebrante nace en Australia en 1973, como una alternativa a la religión. Empezó todo con las bodas. Los países anglosajones tienen la costumbre de que una persona tome el rol de maestro de ceremonias para banquetes. Solían ser hombres con algún cargo importante, un uniforme llamativo como policía o militar. Ellos anunciaban la llegada de los invitados. Yo no me identifico con eso. Yo soy celebrante. Preparo una ceremonia para los momentos más clave de un ser querido: nacimiento, boda, fallecimiento.

Vivir de espaldas a la muerte

Glynis cree que vivimos en un mundo que vive de espaldas a la muerte. Tenemos una ley de eutanasia y no una ley de paliativos. Vivimos en un mundo loco. Hay dos evidencias en la vida: el cambio constante y la muerte. Nunca han tenido que pensar porque están vivos, pero hay que entender que todos vamos a morir. Una actitud sana hacia la muerte nos ayuda a vivir.

Convertir la realidad de la muerte en algo natural

Para Glynis, hablar sobre la muerte es hablar sobre la vida. Mi herramienta principal es la experiencia. Pienso en la muerte todos los días. En un funeral hablo de la persona que vivía cuando estaba viva. Traigo a la vida a esa persona. Está presente en el corazón y en la memoria. Solo hay una diferencia: no está en su cuerpo.

Oficiar un funeral sin religión

Glynis explica que oficiar un funeral sin religión no es raro. Un funeral es una despedida. Cada religión tiene su rito. En una ceremonia de celebrante ofrecemos el espacio y la posibilidad de despedir a un ser querido. La diferencia está en la elaboración de la ceremonia. Aquí lo que hacemos es personalizar.

La trascendencia en la muerte

Glynis cree que la familia es la base y el centro de sus servicios. Lo que intento hacer es guiar a la familia. Ellos no están muy acostumbrados a una situación así. Como celebrante, me encargo de guiarles. Me concentro en la vida de su ser querido. Es como si lo trajera a la vida un momento más antes de la despedida definitiva.

La parte más delicada de una ceremonia

Glynis destaca que la parte más delicada de una ceremonia es asegurarse de que no haya fallos. Estoy con la familia una o dos horas y entender todo sobre el ser querido. A veces, no hay tiempo y tengo que hacerlo por videoconferencia. Lo importante es tener la información correcta con nombres, fechas y demás. Me gusta ver fotos de la persona fallecida.

La parte más gratificante

La celebrante destaca que la parte más gratificante es ver la diferencia en la familia desde el momento en que los conoce hasta que termina todo. Los voy a ver. Hablo de su ser querido. Nunca hay prisa. Preparo la ceremonia y luego les veo en el funeral. Lo más gratificante es verlos después de la ceremonia. La diferencia es enorme.

Ceremonias para bebés y niños adoptados

Glynis explica que también hace ceremonias para bebés y niños adoptados. Suelo hablar de las razones por las que los padres han elegido el nombre y el origen y significado del nombre. También me intereso por las promesas de los padres, abuelos, familiares y del pueblo o la tribu que tenga esa familia.

Afrontar la realidad del suicidio

Glynis cree que para afrontar la realidad del suicidio, mientras no tengamos una actitud más sana, más comprensiva, más trabajada hacia la muerte, esto no va a cambiar. El dolor y el sufrimiento son sentimientos que hay que compartir. Vivir de espaldas a la muerte es vivir de espaldas a uno mismo, a las conexiones y a la verdad. Vivimos en un mundo muy egoísta. Cada uno quiere lo suyo. La paz se encuentra dentro de uno mismo. Hay que trabajar en eso.

Marina Ramírez

Soy Marina, una autora apasionada por la actualidad nacional española. En Diario Online, un periódico independiente, comparto mis análisis y opiniones sobre los eventos más relevantes de nuestro país. Con mi pluma perspicaz y mi compromiso con la verdad, busco ofrecer a los lectores una visión objetiva y completa de la realidad que nos rodea. ¡Acompáñame en este apasionante viaje a través de las noticias más importantes de España!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir