El sistema de pensiones en España se enfrenta a un desafío importante, ya que la brecha presupuestaria entre gastos y ingresos en cotizaciones alcanza un nivel alarmante. Según los últimos datos, el déficit entre el gasto en pensiones y los ingresos procedentes de las cotizaciones sociales asciende a 55.919 millones de euros, lo que supone un aumento significativo respecto a años anteriores. Este desequilibrio presupuestario pone en riesgo la sostenibilidad del sistema de pensiones en el largo plazo, lo que genera inquietud entre los expertos y los ciudadanos. En este sentido, es fundamental analizar las causas de esta brecha y explorar soluciones para garantizar la viabilidad del sistema de pensiones en España.
La brecha presupuestaria por pensiones en España: 12.700 millones de euros más de gasto que de ingresos en cotizaciones
En marzo, la Seguridad Social pagó 12.700 millones de euros, un 6% más que un año antes. Sin embargo, detrás de esta cifra se esconde una realidad más compleja.
La diferencia entre lo que ingresa el organismo y lo que después gasta en prestaciones fue en 2023 de 8.627 millones de euros, lo que representa un 0,6% del PIB. Sin embargo, esta contabilidad oculta un desequilibrio cada vez más grande entre lo que se gasta en pensiones públicas y los ingresos por cotizaciones sociales destinados a pagarlas.
Un déficit real de 55.929 millones de euros
Según un documento publicado por el centro de estudios Fedea, el déficit del sistema público de pensiones asciende a 55.929 millones de euros, una cifra que supera en más de seis veces el desequilibrio contable que registra la Seguridad Social.
El análisis de Fedea presume que las contribuciones que se realizan para pagar otras prestaciones que da la Seguridad Social, como la incapacidad temporal o por cuidado de menores, son suficientes para sufragarlas. Sin embargo, la brecha entre lo que se gasta en pensiones y los ingresos por cotizaciones sociales es cada vez más grande.
Transferencias y préstamos del Estado
Para tapar este agujero, el Estado transfiere cada año decenas de miles de millones de euros y presta dinero a la Seguridad Social a fondo perdido. El año pasado, el Estado transfirió un total de 44.148 millones de euros para pagar las pensiones contributivas y las pensiones de Clases Pasivas.
Además, prestó otros 10.004 millones de euros con escasa esperanza de recuperarlos algún día. Estos fondos redujeron los recursos disponibles para cubrir otras importantes necesidades públicas, según el investigador de Fedea, Miguel Ángel García.
Un gasto creciente
El gasto de pensiones contributivas y Clases Pasivas ascendió el año pasado a 189.094 millones de euros, lo que representa un 12,9% del PIB. Mientras que los ingresos por cotizaciones, cuotas de Clases Pasivas y otras tasas ascendieron a 133.201 millones de euros.
Las tendencias demográficas previstas para las próximas décadas, en las que se jubilarán millones de baby boomers con pensiones más cuantiosas que las de sus predecesores, elevarán previsiblemente el gasto.
Criticas al mecanismo de equidad intergeneracional
En Fedea, se muestran críticos con el mecanismo de equidad intergeneracional, que prevé una subida escalonada en las cotizaciones sociales de los trabajadores para llenar la hucha de las pensiones. Según García, la aportación a la hucha carece de sentido, pues no representa una reducción de la deuda neta del sistema, que sigue aumentando.
Dicho de otra forma: si el sistema es deficitario, crear una contribución para engrosar la hucha no es más que un trampantojo contable.
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