Los centros comerciales son espacios diseñados para la comodidad y el disfrute de los consumidores, quienes se sumergen en un ambiente donde el tiempo parece detenerse. Esta peculiar sensación de ausencia de relojes no es casualidad, sino una estrategia cuidadosamente planeada por los diseñadores arquitectónicos y los comerciantes. La falta de relojes en estos espacios busca fomentar un estado de desconexión temporal con la rutina diaria, promoviendo así un ambiente propicio para la relajación y la exploración sin la constante presión del tiempo. De esta manera, los visitantes se sumergen en una experiencia sensorial donde los relojes quedan relegados a un segundo plano, permitiendo una inmersión total en el mundo de las compras y el ocio.
La estrategia psicológica detrás de la ausencia de relojes en los centros comerciales
El concepto de centro comercial, tan arraigado en nuestra cultura occidental, se caracteriza por ser un espacio que concentra una amplia variedad de tiendas, restaurantes y entretenimientos bajo un mismo techo y con facilidades de estacionamiento. Sin embargo, en todos ellos, sin importar su ubicación, suele darse una peculiaridad: la ausencia de relojes visibles. ¿Por qué ocurre esto? La respuesta va más allá de la casualidad, pues se trata de una estrategia meticulosamente diseñada que se fundamenta en la psicología del consumidor.
De acuerdo con la psicóloga Laura Geige, en declaraciones recogidas por el Mirror, la omisión deliberada de los relojes en los centros comerciales es parte de una estrategia psicológica que busca manipular sutilmente la percepción del tiempo de los consumidores. Estos espacios están concebidos como universos autónomos donde el tiempo se maneja de forma estratégica para desconectar a las personas de la noción del paso del tiempo, fomentando así un mayor tiempo de permanencia y, por ende, un mayor gasto por parte de los visitantes.
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En términos simples, la estrategia se basa en mantener a los consumidores menos conscientes del tiempo transcurrido para incrementar sus compras. Este concepto, conocido como distorsión temporal, no se limita únicamente a los centros comerciales, siendo un recurso ampliamente utilizado en otros entornos como los casinos de Las Vegas.
Bill Friedman, experto en gestión de casinos y ex adicto al juego, revela que los casinos en Nevada solían tener relojes en su interior, pero fueron rápidamente retirados debido a las quejas de los jugadores. La falta de referencias temporales en estos espacios, como la presencia de ventanas, tiene como objetivo oscurecer la noción del tiempo y desincentivar a las personas a abandonar prematuramente el lugar, lo cual resulta en un mayor gasto por parte de los clientes.
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