Peces adictos al MDMA o estorninos agresivos por Prozac: drogas y fármacos contaminan el ecosistema y cambian la conducta animal

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La contaminación por medicamentos en las aguas de río alcanza límites insospechados

Un estudio geográfico a gran escala de la Universidad de Ciencias Agrícolas de Suecia ha hallado 61 drogas diferentes en aguas de río extraídas de 1.052 lugares en 104 países, abarcando todos los continentes. El alcance de la contaminación por medicamentos en las aguas de río llega a límites insospechados.

Un problema global para la biodiversidad

Un problema global para la biodiversidad

Los científicos advierten de que las concentraciones contaminantes en las aguas pueden causar graves alteraciones fisiológicas, morfológicas y de comportamiento en el desarrollo de la vida silvestre. En este sentido, se han detectado truchas adictas a la metanfetamina, percas europeas que pierden el miedo a los depredadores debido a los medicamentos para la depresión, y hembras de estornino tratadas con antidepresivos como Prozac que se vuelven menos atractivas para las parejas.

Un 43% de los sitios muestreados tenían niveles de al menos un medicamento que excedían lo que se considera seguro para la salud ecológica, según los investigadores. Además, en los sitios más contaminados se detectaron mezclas complejas de hasta 34 contaminantes, una amplia variedad de medicamentos humanos y veterinarios.

Efectos en cascada

Los científicos también han encontrado que drogas como la cafeína, los ansiolíticos, los antidepresivos y los antipsicóticos están entrando en los ecosistemas, al igual que las drogas ilegales como la cocaína y la metanfetamina. Esto puede tener efectos en cascada sobre la ecología y la evolución de las poblaciones y comunidades de vida silvestre, lo que podría impulsar disminuciones demográficas y extinciones locales.

Otros ejemplos incluyen los pececillos cabeza gorda que sufren ansiedad después de haber estado expuestos a bajos niveles de cafeína y la contaminación por antibióticos que tiene un efecto sobre los microbios. También el de la trucha marrón, que se vuelve adicta a la metanfetamina, o la perca europea, que pierde el miedo a los depredadores debido a los medicamentos para la depresión.

Consecuencias para los humanos

Además de afectar a la vida silvestre, los humanos también se ven afectados por estas contaminaciones. Los antibióticos liberados al medio ambiente pueden hacer aparecer una amplia gama de genes con resistencia a los propios medicamentos que los han generado.

El experto Michael Bertram, profesor en la Universidad de Ciencias Agrícolas de Suecia, destaca que existen algunas vías para que estos químicos ingresen al medio ambiente, por ejemplo, un tratamiento inadecuado durante su producción o durante su uso. Cuando un ser humano toma una pastilla, no toda la droga se descompone dentro de nuestro cuerpo y, por lo tanto, a través de nuestros excrementos se libera al medio ambiente.

Según Bertram, la evidencia del problema ha aumentado en las últimas décadas y que es un problema global para la biodiversidad que merece más atención.

Laura Ramírez

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