Telefónica incrementa sus provisiones para afrontar costes de ERE y planes de salidas
La operadora de telecomunicaciones española, Telefónica, ha aumentado sus provisiones para afrontar los costes vinculados a los planes de salidas de la plantilla, superando la barrera de los 5.000 millones de euros.
Las tres filiales españolas principales de la empresa, Telefónica de España, Telefónica Móviles y Telefónica Soluciones, cerraron el pasado ejercicio fiscal con casi 800 millones de euros extra en reservas asignadas a los despidos colectivos de hace más de una década y los diferentes planes de bajas incentivadas conocidos como planes de suspensión individual.
Según las cuentas recién presentadas por las compañías, al cierre de 2023 se han llegado a 5.026 millones de euros, prácticamente 4.400 millones correspondientes a la filial cabecera, Telefónica de España.
El último ERE de Telefónica
La razón de este aumento en las provisiones se debe al último Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de Telefónica, negociado en la Navidad de 2023 y firmado definitivamente con todas las organizaciones sindicales en enero. Este expediente concentra algo menos de una cuarta parte de las provisiones.
El objetivo de estas reservas es cubrir tanto las indemnizaciones y los pagos de las rentas de los empleados hasta su jubilación, como la compensación a las arcas públicas en concepto de cotizaciones a la Seguridad Social durante los dos años de desempleo de los incluidos en el ERE.
La situación laboral en el sector de las telecomunicaciones
El sector de las telecomunicaciones tiene varios frentes laborales que se tendrán que resolver durante los próximos meses. El más inmediato es el de Avatel, que ha optado por asumir un papel especialmente duro en la negociación del ERE con el que pretende reducir de manera drástica la estructura de costes.
La plantilla de Vodafone España también está pendiente de los primeros movimientos de la nueva dirección, liderada por José Miguel García como consejero delegado. La ausencia de exigencias claras de mantenimiento de empleo por parte del Gobierno en su autorización de la venta a Zegona ha incrementado la tensión en la plantilla.
Otro frente es Masorange, donde se ha constituido una mesa de diálogo y se lanzó una voz de alarma. El gran reto que hay por delante es la unificación de buena parte de las condiciones de trabajo del nuevo grupo, que tiene al menos tres comités de empresa diferentes -Másmóvil, Orange y Euskaltel- y con diferentes convenios colectivos.
Por su parte, UGT ya ha transmitido su preocupación ante la situación laboral del sector de las telecomunicaciones, advirtiendo sobre la incertidumbre de nuevas salidas en una plantilla mermada.
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