En un llamado a la justicia y la reparación, las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia han unido sus voces para demandar un plan de reparación integral que atienda las heridas emocionales y psicológicas que les han dejado las atrocidades sufridas. Es hora de que la institución religiosa asuma su responsabilidad y brinde una respuesta efectiva para sanar las secuelas de por vida que han dejado estos delitos. La búsqueda de justicia y reparación es un paso fundamental para que las víctimas puedan encontrar algún tipo de alivio y paz en su camino hacia la recuperación. En este sentido, es fundamental que se establezcan mecanismos de reparación que atiendan las necesidades específicas de cada víctima.
Víctimas de abusos sexuales en la Iglesia demandan un plan de reparación integral en Cataluña
Las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia en Cataluña han exigido la creación de un plan catalán de reparación, asegurando que este tipo de delitos dejan secuelas de por vida.
El martes, Miguel Hurtado, el primer denunciante de los casos de abusos de la Abadía de Montserrat, se manifestó delante del Parlament de Catalunya, acompañado de otras víctimas de los Jesuïtes. Hurtado detalló que el Parlament creó una comisión de investigación sobre pederastia en la Iglesia, pero que se disolvió de forma anticipada por la convocatoria de elecciones el próximo 12 de mayo: Eso quiere decir que no hay un plan catalán de reparación para las víctimas, no hay conclusiones, no hay medidas.
Con esta concentración, las víctimas quieren presentar su proyecto de plan de reparación, para que se cree una red de centros públicos de reparación para supervivientes adultos. Según Hurtado, nos encontramos que nos contactan muchísima gente que nunca lo han explicado a nadie, y nosotros no tenemos herramientas ni recursos para poderlos ayudar. No es una responsabilidad de las víctimas hacerlo, es una responsabilidad de la administración.
Además, se ha destacado la necesidad de una ley de imprescriptibilidad civil retroactiva, para que cuando las víctimas expliquen su historia y denuncien años después, puedan acudir a los tribunales si la Iglesia se niega a indemnizar.
Testimonios de las víctimas
Enric Soler, víctima del colegio Jesuïtes de Casp de Barcelona, ha expresado que los abusos sufridos son absolutamente irreparables, y que no han recibido nunca apoyo por parte de la Iglesia, de la Generalitat o del Estado. Esto es una responsabilidad de toda la sociedad. La única cosa que nos puede reparar es tener garantías de que esto no volverá a pasar nunca más. Tenemos que exigir que el Estado nos recompense el sufrimiento y la vida que nos han robado, ha manifestado Soler.
Jordi de la Mata, que sufrió abusos sexuales en el colegio Jesuïtes de Sarrià de Barcelona cuando era pequeño, ha criticado que se puso en contacto con el centro y que, para ayudarlo en su reparación, han accedido a pagarme 20 sesiones de terapia.
Laura Calzada, una mujer que sufrió abusos sexuales en el colegio de Jesuïtes de Casp, ha asegurado que con que esto ayude a una sola persona a decir que vivió lo mismo, solo por eso ya vale la pena explicarlo. Hay un camino muy largo por hacer.
Las víctimas han manifestado su cansancio y su deseo de cambio. Estamos muy cansados. Es el momento de cambiar por fin una historia que hace mucha peste y que es muy urgente, ha añadido Calzada.
Documental 'La Fugida'
El documental 'La Fugida', preestrenado el lunes, explica los abusos sexuales que ocurrieron en los Jesuïtes, y en el que salen explicando su testimonio Calzada, De la Mata y Soler. En el documental, el delegado de los Jesuïtes en Cataluña, Pau Vidal, admite que el colegio conocía algunos de los abusos que hizo el padre Lluís Tó desde el año 1968, y pide perdón.
Las víctimas han reaccionado con incredulidad y enfado ante la respuesta de la Iglesia. Yo no sé cómo pueden dormir cada noche sabiendo que había una persona tan peligrosa en contacto con los niños, ha lamentado Calzada, mientras que Soler ha garantizado que el perdón no es una palabra, se tiene que demostrar con hechos.
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