En el marco de la crisis política en Cataluña, varios dirigentes socialistas han generado polémica al abstenerse de votar en medidas clave relacionadas con la situación en la región. A pesar de pertenecer a un partido que se declara defensor de la unidad de España, estos líderes han decidido no apoyar iniciativas fundamentales para abordar la situación en Cataluña. Entre los títulos de otros dirigentes socialistas que han generado más controversia se encuentran Antonio Hernando, María Luisa Carcedo y Juan Luis Gordo, entre otros. En este artículo, analizaremos las razones detrás de estas decisiones y las implicaciones que tienen para el futuro político de España.
El expresidente autonómico Javier Lambán ha roto la disciplina de voto del PSOE en el Senado al ausentarse del Pleno para no votar a favor de la ley de amnistía. El partido ha abierto expediente disciplinario contra él, que se expone a una sanción de hasta 600 euros.
Lambán justificó su decisión de no votar a favor porque incurriría en una insoportable deslealtad consigo mismo, entraría en una contradicción flagrante con sus convicciones éticas y políticas, y porque está convencido de que no le prestaría ningún servicio ni al país ni al partido.
Otros dos expresidentes autonómicos también se ausentaron
Pero Lambán no es el primer dirigente socialista que se ausenta y prefiere no votar una medida clave y con impacto directo sobre Cataluña. Antes que él, hubo otros dos expresidentes autonómicos que tampoco asistieron a un Pleno de la Cámara Alta para no participar de la votación de la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Esto ocurrió a finales de octubre de 2017, casi un mes después del referéndum ilegal y el mismo día de la declaración unilateral de independencia (DUI). Los dos socialistas que se ausentaron del Pleno el 27 de octubre de 2017 fueron José Montilla, presidente catalán entre 2006 y 2010, y Francesc Antich, presidente balear entre 2007 y 2011.
Montilla explicó entonces que no podía votar en contra porque, como socialista, no podía avalar la actuación irresponsable de quienes en Cataluña quieren romper con la legalidad y llevarla a un precipicio de incalculables consecuencias económicas, políticas, sociales y culturales. Añadió que tampoco podía votar a favor por su compromiso con la institución que había presidido.
Fue sancionado junto con Antich con 300 euros cada uno, dentro de los márgenes que establece el reglamento del partido, unos meses después de ese Pleno.
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