La Semana Santa se acerca y con ella el aumento de desplazamientos por carretera. Antes de emprender tu viaje en coche, es fundamental revisar ciertos aspectos para garantizar tu seguridad y la de tus acompañantes. El artículo titulado ¿Coges tu coche esta Semana Santa? Los 9 puntos clave que debes revisar antes de viajar destaca la importancia de prevenir posibles contratiempos realizando una inspección detallada de tu vehículo. Entre los puntos críticos que se mencionan se encuentran los frenos, neumáticos, luces, niveles de fluidos y la documentación necesaria. No olvides que una correcta revisión puede marcar la diferencia entre un viaje seguro y uno lleno de imprevistos. ¡Prepárate adecuadamente y disfruta de unas vacaciones sin contratiempos!
¡Prepara tu coche para Semana Santa! Descubre los puntos clave a revisar antes de viajar
Para viajar con seguridad, especialmente en viajes largos por España, como suele ser habitual en la época de Semana Santa, es necesario revisar que el vehículo funcione de manera correcta y todos sus elementos estén en perfectas condiciones de cara a la operación salida. Desde el climatizador hasta los neumáticos y el nivel de los líquidos, es importante realizar un pequeño mantenimiento preventivo y ciertos chequeos que aseguren que todo está como debe. Desde Confortauto Hankook Masters, red nacional de talleres mecánicos, señalan las 9 partes del coche que deben revisarse antes de salir a la carretera si esta Semana Santa se va a necesitar el vehículo.
Consejos para viajar seguro en Semana Santa: revisa estos puntos de tu vehículo
Neumáticos: Es importante conocer el estado de los neumáticos y su presión antes de iniciar el trayecto, ya que son el contacto directo con la carretera. Hay que tener en cuenta la presión recomendada por el fabricante e hincharlos antes de emprender el viaje, así como comprobar el desgaste y la profundidad del dibujo, que nunca debe ser inferior a tres milímetros.
Frenos: Junto a los neumáticos, los frenos y amortiguadores completan el 'triángulo de seguridad' del vehículo. Es posible que tras un uso intensivo del vehículo las pastillas y discos de freno hayan sufrido desgaste. Si al conducir observamos síntomas como ruidos o vibraciones al frenar, que el pedal de freno se hunde, está muy duro o pierde capacidad de frenado recorriendo más distancia para detener el coche, hay que revisar esta parte del coche.
Amortiguadores: La suspensión es otro elemento que garantiza el funcionamiento seguro y la conducción confortable. Se encarga de absorber las irregularidades del suelo y de asegurar que los neumáticos estén siempre en contacto con el firme a través de los amortiguadores, que se deterioran con el uso. Es importante que se revisen cada 20.000 kilómetros o en caso de observar cualquier alteración.
Batería: Es una de las primeras causas de avería en carretera y se estima que el 90% de los fallos de los coches se deben a deficiencias en el sistema eléctrico, de los que el 40% están derivados de la batería. Las revisiones periódicas evitarán que la batería se descargue inesperadamente y alargará su tiempo de vida útil.
Luces: Los faros del vehículo nos permiten ver y ser vistos, por lo que es obligatorio mantener el sistema de iluminación y señalización en condiciones óptimas. Es conveniente comprobar mensualmente el buen funcionamiento de todas las luces (posición, cruce, carretera, freno, marcha atrás, intermitentes y antiniebla) y mantener su superficie exterior libre de barro y suciedad.
Filtros: Cambiar a tiempo los filtros del automóvil es clave para evitar que el coche no sufra desgastes prematuros o graves averías. Los filtros son cuatro: el filtro de aceite, el filtro de aire, el filtro de combustible y el filtro del habitáculo. Es importante que cada uno de ellos esté libre de suciedad y partículas que puedan dañar al motor impidiendo que el vehículo funcione de forma apropiada.
Lubricante: Los lubricantes minimizan el desgaste de las piezas del motor, canalizan las partículas metálicas surgidas de ese desgaste hacia el filtro, ayudan a la refrigeración y evitan diminutas fugas en el circuito por sus propiedades sellantes. Además de sustituirlo cuando indique el fabricante (entre 5.000 y 30.000 kilómetros, según modelo), hay que revisar su nivel con frecuencia: al menos una vez al mes y siempre antes de un viaje largo.
Limpiaparabrisas: El 90% de la información necesaria para conducir se recibe a través de la vista, por lo que es importante tener los cristales y lunas limpios y mantener las gomas de las escobillas en perfecto estado. Se recomienda el cambio de las mismas cada seis meses o con los cambios de estación de invierno y verano, ya que las condiciones climáticas adversas afectan a las propiedades de las gomas.
Refrigerante: Se encarga de evitar la congelación del agua del circuito y de expulsar parte del calor que genera la combustión, por lo que evita un sobrecalentamiento peligroso. Un exceso de temperatura podría fundir los pistones e incluso desencadenar una peligrosa explosión interna. Conviene comprobar su nivel con regularidad y reponerlo cuando sea necesario.
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