El vínculo entre la pobreza, la falta de hogar y la salud mental es más estrecho de lo que se pensaba. Un nuevo estudio revela que la mayoría de las personas sin hogar padecen trastornos de salud mental, lo que supone un problema de gran magnitud para la sociedad. La pobreza y la falta de hogar pueden tener graves consecuencias en la salud mental de las personas, llevándolas a sufrir de ansiedad, depresión y otros trastornos. Estos resultados son especialmente relevantes en la actualidad, ya que la pobreza y la inestabilidad habitacional siguen siendo problemas sociales importantes en muchos países. Es fundamental abordar estas cuestiones para mejorar la salud mental de las personas más vulnerables.
La pobreza y la falta de hogar: la clave para entender la epidemia de trastornos mentales en España
Un nuevo meta-análisis realizado sobre un gran número de participantes ha encontrado que la mayoría de las personas sin hogar padece trastornos de salud mental. De hecho, hasta el 77% de las personas sin hogar padecerá algún problema de salud mental a lo largo de su vida.
En España, según los datos del Ministerio de Derechos Sociales y Agencia 2030, hay más de 28.500 personas en situación de calle. Quienes viven en estas difíciles condiciones enfrentan una serie de desafíos únicos para su salud, que inciden de manera muy especial en la esfera emocional y psicológica.
El estudio, publicado en la revista especializada JAMA Psychiatry, encontró que la prevalencia actual de trastornos de salud mental en las personas sin hogar es del 67%, y a lo largo de la vida alcanza el 77%. Estas cifras son muy superiores a las observadas en la población general (entre 13 y 15% para la incidencia actual y entre 12 y 47% para la prevalencia a lo largo de toda la vida).
Notablemente, la prevalencia a lo largo de toda la vida era significativamente mayor en los hombres sin hogar que en las mujeres en esta situación (86% vs 69%). El problema más frecuente fue el trastorno de abuso de sustancias (un 44%), seguido por el trastorno de personalidad antisocial (26%), trastorno depresivo mayor (19%), trastorno bipolar (8%) y esquizofrenia (7%; por comparar, la prevalencia en la población general de la esquizofrenia se ubica alrededor del 1%).
Estos resultados ponen de manifiesto la necesidad en nuestras sociedades de disponer de viviendas asequibles y de recursos de salud mental para las personas. No solo constituyen derechos básicos para la dignidad de las personas, sino que la carencia en cualquiera de estas dos áreas representa una crisis en materia de salud y seguridad públicas.
La vivienda asequible es una necesidad sanitaria. Es fundamental que tomemos medidas para garantizar que todas las personas tengan acceso a una vivienda digna y segura, y que reciban el apoyo y los recursos necesarios para mejorar su salud mental.
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