En el fascinante estudio titulado Lo que comparten las personas que superan los cien años de edad, se revelan los secretos detrás de la longevidad y vitalidad de aquellos individuos que alcanzan la centenaria marca en sus vidas. A través de exhaustivas investigaciones, se ha identificado un conjunto de hábitos y características comunes entre estas personas excepcionales. Desde una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio físico, hasta la importancia de mantener relaciones sociales activas y una actitud positiva ante la vida, cada uno de estos pilares se erige como clave para alcanzar una longevidad plena y saludable. Este revelador estudio nos invita a reflexionar sobre la importancia de adoptar un estilo de vida consciente y saludable para aspirar a una vida larga y plena de vitalidad.
El Secreto de la Longevidad: Dieta y Ejercicio, Claves de los Centenarios
El ejercicio físico moderado es, junto a una dieta saludable, una de las claves que las personas centenarias tienen en común. María Branyas ha cumplido recientemente 117 años, convirtiéndose en la persona más longeva del mundo. Nació en 1907 en California (Estados Unidos) cuando sus padres (catalanes) estaban instalados allí, si bien decidieron volver a España cuando ella era una niña.
Las Mujeres, Más Longevas: Estudio Revela Diferencias de Género en Esperanza de Vida
La ciencia intenta descifrar cuál es el secreto de la longevidad, a priori, hay tres condicionantes claros y el factor género importa. La condición de persona centenaria obedece a una explicación multifactorial. Además de factores ambientales, la esperanza de vida está determinada por hábitos saludables, la aparición de enfermedades y, por supuesto, el estatus socioeconómico y educativo.
Genética y Hábitos Saludables: Claves para Vivir Más Allá de los Años
Según diversos estudios, la condición genética puede explicar en un 15-30 por ciento nuestra supervivencia y envejecimiento, especialmente en el último tercio de la vida. Los genes van a determinar el rendimiento físico, la función cognitiva y el envejecimiento óseo. No hay que olvidar que el trabajo científico en personas de edades tan avanzadas está condicionado por su estado cognitivo, posibles enfermedades y una esperanza de vida limitada.
Lo que coloquialmente identificamos como optimismo y adaptación ante las diversas circunstancias vitales es otra clave a tener en cuenta. A pesar del deterioro físico, la disminución de las relaciones interpersonales y del estatus social que posean, las personas nonagenarias y centenarias manifiestan una capacidad adaptativa constante y una sensación de bienestar en términos generales.
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