En un hecho significativo, se ha anunciado que se convocará un referéndum en Suiza para abordar la prohibición de importar pieles animales y foie gras obtenidos cruelmente. Esta iniciativa responde a la creciente preocupación por el bienestar animal y la ética en la producción de alimentos. La propuesta busca establecer restricciones claras en la importación de productos derivados de prácticas consideradas cruentas y poco éticas. La sociedad suiza, reconocida por su compromiso con el respeto a los animales, se posiciona una vez más como pionera en la defensa de los derechos de los seres vivos. La convocatoria de este referéndum plantea un debate profundo sobre la responsabilidad moral de los consumidores y el papel de la legislación en la protección de los animales frente a prácticas controvertidas.
Suiza decide en referéndum prohibir importación de pieles y foie gras obtenidos cruelmente
El pueblo suizo votará en referéndum sobre una propuesta para prohibir la importación de foie gras y de pieles de animales obtenidas cruelmente, después de que las autoridades federales diesen luz verde a sendas iniciativas animalistas. Las propuestas fueron lanzadas en 2022 por la coalición Alianza Animal Suiza, y alcanzaron las 100.000 firmas necesarias por ley para que sean sometidas a referéndum y ahora el organismo encargado de su verificación ha confirmado su validez.
Según sus iniciadores, importar este tipo de productos procedentes de animales maltratados en el extranjero es hipócrita, ya que choca con la ley suiza de protección animal, que reconoce que los animales tienen la capacidad de sufrir en caso de maltrato o de vivir en malas condiciones.
En el caso del hígado de ganso, conocido como foie gras, su elaboración está prohibida en Suiza desde hace más de 40 años. Sin embargo, el Parlamento se ha negado a prohibir ese producto por considerar que esto empujaría al consumidor suizo residente en zonas próximas a Francia a comprar este producto en el país vecino, pues allí sí está permitido. La importación del foie gras muestra una tendencia descendente en el país, aunque todavía se eleva a unas 200 toneladas anuales, siendo un producto especialmente demandado en las cenas navideñas.
Mientras, los ecologistas han estimado que cada año llegan a Suiza unas 350 toneladas de pieles, la mitad procedentes de China, donde, han recordado, se denuncian regularmente las terribles condiciones de detención y sacrificio de los animales.
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