Un joven alemán vive en un tren desde 2022: 'Me da la libertad', pero le cuesta 10.000 euros al año

Un joven alemán vive en un tren desde 2022: 'Me da la libertad', pero le cuesta 10.000 euros al año

En una decisión inusual, un joven alemán ha optado por vivir en un tren desde principios de 2022. Aunque parezca una elección extravagante, el joven asegura que esta forma de vida le brinda una libertad inigualable. Sin embargo, esta opción no es barata: le cuesta 10.000 euros al año, lo que es un precio significativo para disfrutar de esta libertad sin ataduras. Esta noticia ha generado un gran interés en los medios de comunicación y en las redes sociales, donde muchos se preguntan si este estilo de vida es realmente sostenible a largo plazo.

Un joven alemán vive en un tren: libertad y aventura por 10.000 euros al año

Lasse Stolley, de 17 años, renunció a la vida fija y vive en un tren. El joven programador alemán encontró la forma de combinar su trabajo remoto con su pasión por viajar, gracias a una tarjeta de transporte anual de 10.000 euros.

La libertad de elegir es lo que más le gusta de esta aventura. La vida en el tren me da la libertad de elegir a dónde quiero ir en cualquier momento. Desayuno junto al Mar Báltico por la mañana y disfrutar de la puesta de sol en los Alpes por la noche. ¡Las posibilidades son infinitas!, explica Lasse.

El joven viaja en cualquier vagón de la compañía alemana de trenes, la Deutsche Bahn. Duerme en trenes nocturnos, a veces en camarotes con cama, otras en butacas. Toma el desayuno en el vagón comedor, lava la ropa en lavabos y se ducha en piscinas públicas, estaciones o centros comunitarios a lo largo del camino.

Como programador, Lasse trabaja en remoto con su ordenador portátil desde su butaca con mesa, mientras se mueve por casi toda Europa, a donde llegue la red ferroviaria alemana y sus asociadas.

Lasse abandonó su ciudad natal de Fockbek, en el norte de Alemania, en 2022, a los 16 años, con solo cuatro camisetas y dos pantalones, además de algo de ropa interior. Fue necesario mucho convencerles, dice sobre sus padres, que tuvieron que autorizarle.

Los primeros dos o tres meses dormía muy mal, siempre estaba cansado, ahora las cosas van mucho mejor, asegura el joven, que dice que su ciudad favorita es Berlín.

A pesar de los desafíos iniciales, Lasse ha encontrado su ritmo y disfruta de la libertad y aventura que le brinda su estilo de vida itinerante.