La problemática de las toallitas ha cobrado mayor relevancia en Madrid, donde recientemente se han retirado 36.000 toneladas de basura de las aguas residuales, evidenciando el impacto negativo de este producto en el sistema de saneamiento. La acumulación de estas toallitas en las redes de alcantarillado ha generado serias complicaciones, afectando tanto el medio ambiente como la infraestructura urbana. Esta situación alerta sobre la necesidad de concienciar a la población acerca de los riesgos asociados al uso y disposición incorrecta de estos elementos, promoviendo así prácticas más responsables y sostenibles. Las autoridades locales han tomado medidas para hacer frente a este desafío, pero es fundamental la colaboración de la ciudadanía para evitar que este problema se agrave.
Toneladas de basura retiradas: el impacto de las toallitas en Madrid
Un operario del Canal retira toallitas y otros residuos en una estación depuradora. Canal de Isabel II lucha contra el aumento de residuos en aguas residuales.
El desafío de las toallitas: Madrid busca soluciones para la contaminación del agua
Las campañas que tratan de concienciar a la población para que no arroje toallitas, compresas o bastoncillos de algodón al inodoro no surten efecto. El volumen de basura retirada por el Canal de Isabel II de las aguas residuales no ha dejado de crecer en los últimos años. En 2023 se contabilizaron en torno a 36.000 toneladas, 6.000 más que en 2022 y la cifra más elevada desde 2018.
La empresa pública que gestiona el servicio de agua en la región asegura que cada ejercicio separa de las aguas que llegan a sus estaciones el equivalente a cinco bolsas de basura por cada madrileño. El sobrecoste anual se ha cuantificado en una cifra media de 2,2 millones para afrontar la retirada de los residuos, la mano de obra extra para la limpieza de las bombas, la reposición de las que quedan inoperativas y el incremento en la factura energética.
A esta cantidad hay que sumar las inversiones realizadas en las depuradoras para que estos residuos no comprometan el funcionamiento de las instalaciones, la calidad ambiental de los ríos y los ecosistemas. Entre 2021 y 2023 se invirtieron unos 9 millones en equipamiento específico para controlar estos residuos.
La nueva tarifa del agua en Madrid penaliza el despilfarro y se aprobará antes del verano. La problemática asociada a estos vertidos no solo recae en el sistema de depuración, también afecta a los operarios que trabajan en él y en las redes de saneamiento.
Las toallitas, compresas, tampones, discos desmaquillantes, bastoncillos o chicles, nunca deben arrojarse por el retrete, ni aunque en el paquete ponga que son biodegradables.
Una vez retirado, el ingente volumen de basura se evacúa en camiones a los vertederos. Canal solo produce alrededor del 33% de los vertidos de aguas residuales dentro de la Cuenca del Tajo. Las administraciones están determinadas a atajar este problema que crece y crece.
Se quiere actuar sobre el vertido de residuos al inodoro. El objetivo actual es lograr que el envasado de los productos que los ciudadanos arrojan al inodoro indique dónde deben depositarse tras su uso, un lugar que en ningún caso es el retrete.
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